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Si está planificando la innovación de su clínica o centro de salud, el rol de la tecnología a adoptar y el análisis de su costo-beneficio es central.
Sin embargo, estos tipos de evaluaciones no deben estar enfocadas únicamente en el precio de compra, sino también en la eficiencia para mejorar la atención y aumentar la equidad en el acceso a la salud de calidad. Sobre todo es muy importante en los países en vías de desarrollo, donde se busca aprovechar al máximo los recursos existentes, a veces escaso. En salud pública particularmente, significa muchas veces, tener que evaluar si es necesario salir en búsqueda de financiamiento. El objetivo de una evaluación integral debería asegurar que esa inversión puede garantizar la extensión de la cobertura de los servicios vitales para la mayor cantidad de población posible.
¿Qué aspectos intervienen en la incorporación de un servicio de teleradiología?
Implementación: para adoptar un servicio de teleradiología se debe contar con requisitos técnicos mínimos. Es suficiente con tener servicio de internet conectado a una computadora y un equipo que genere o envíe imágenes en formato DICOM (Digital Imaging Communication on Medicine). Si contrata una empresa con soporte integral, como es el caso de Telerad, los costos de los sistemas de gestión de imagen médica (RIS y PACS) vienen incorporados en el servicio. Los ahorros de costos son enormes, sobre todo al no tener que montar un espacio dedicado al informe del diagnóstico por imagen, software dedicado, personal, etc.
Mantenimiento de un servicio extendido de calidad: con tarifas mensuales es posible tener un servicio tradicional o de guardia las 24 horas en diagnóstico por imágenes, atendido por especialistas con experiencia y cubriendo múltiples áreas de especialización. El ahorro de costos se produce al evitar una contratación permanente, con la posibilidad de costear únicamente por el servicio que efectivamente se utiliza a demanda, pagando por productividad.
Permanente actualización del servicio: la capacitación y constante actualización tecnológica de los sistemas informáticos dejan de ser un problema y por lo tanto, dejan de ser una inversión de cada centro de diagnóstico, clínica u hospital. Por el contrario, recae sobre el proveedor que puede resolverlo de manera mucho más eficaz y rápida.
Al realizar un análisis de costo-beneficio, sin duda los beneficios sobrepasan a gran escala la inversión. Implica en definitiva, disminución y aprovechamiento de la carga de trabajo del personal permanente, un ahorro de costos de impresión de placas y además la considerable reducción en los tiempos de espera y día/cama a nivel hospitalario. Desde que se incorporó tecnología de punta en el diagnóstico por imágenes, un radiólogo que antiguamente interpretaba un promedio de 10 a 20 estudios por día, ahora puede llegar a realizar unas 100 interpretaciones de estudios, lo cual representa un incremento del 500% en su productividad y un mayor beneficio económico. Estos números son muy positivos para la administración hospitalaria, para los inversores en salud o para la industria de las telecomunicaciones, la informática y la de los equipos médicos. Representa una interesante oportunidad, de gran impacto económico ya que abre la posibilidad al desarrollo de nuevos y mejores servicios.
Un análisis detallado podemos verlo en un estudio concreto que se realizó en Paraguay entre enero de 2014 y mayo de 2015 en 25 hospitales distribuidos en todo el país. Se compararon los costos de realizar tres tipos de estudios (electrocardiografía, tomografía y ecografía) en forma remota y “cara a cara”. Los resultados fueron contundentes: el costo unitario promedio del diagnóstico remoto fue de USD 2,6 para tomografía computada, ecografía y electrocardiograma, mientras que el costo unitario para diagnostico “cara a cara” fue de USD 11,8 para electrocardiograma, USD 68,6 para tomografía y USD 21,5 para ecografía. O sea, que el uso del tele-diagnóstico en los 17 meses que duró el piloto en 25 hospitales, significó un ahorro de USD 2.420.037, obteniendo el mismo beneficio en salud. Con la diferencia que, con este costo ahorrado se pueden diagnosticar adicionalmente más pacientes por medio del sistema de tele-diagnóstico.
Entre las conclusiones a las que llega el estudio se incluye que “con las herramientas hoy disponibles de las tecnologías de la información y comunicación (TIC) se pueden desarrollar aplicaciones para la telemedicina de bajo costo, práctico, sostenible, alto impacto socio-económico y contextualizado a las necesidades de la salud pública de países de bajo ingreso”.
También afirma que “su consolidación para aplicarse en la práctica clínica y su incorporación en los procesos asistenciales dependerá de los sistemas de salud, costo de implementación, calidad diagnóstica y sostenibilidad a fin de garantizar la cobertura universal, accesibilidad y equidad de las poblaciones dispersas y aisladas de países con baja cobertura de servicios sanitarios especializados como el Paraguay” , y finaliza diciendo que “la innovación tecnológica realizada para el diagnóstico a distancia ofrece una evidencia científica sobre la utilidad de la telemedicina, tanto desde el punto de vista médico (beneficios clínicos) como económico (mejora coste-beneficio)”.
Estos son solo algunos datos sobre el impacto financiero que tiene la teleradiología dentro del sistema de salud. Todavía queda mucho por expandir, pero ya puede observarse la contundencia de los números que arrojan estas primeras evaluaciones.