Miles de años atrás, en tiempos en los que la educación era una práctica completamente distinta, en la mítica Biblioteca de Alejandría se encontraban los primeros trabajos de anatomía que ubicaban al cerebro como centro de la inteligencia, describían los sistemas nervioso y digestivo y distinguían músculos de tendones y venas de arterias. Mucho después, esa misma biblioteca sufrió desastres naturales y disputas militares que acabaron con la labor de dos siglos dedicados a la educación y a la investigación.
Hoy, tales daños serían inviables: las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) han creado una nueva lógica de funcionamiento laboral, científico y educativo en la que los saberes y conocimientos se encuentran a disposición del mundo entero para el acceso remoto y sin límite horario. Ahora bien: ¿cuáles son estos cambios en las maneras de enseñar y aprender?
El nuevo paradigma a distancia y la democratización del acceso al conocimiento
Hasta el siglo pasado, para acceder a la educación académica, una persona debía sujetarse a un espacio y a un tiempo determinado: la presencialidad era un requisito exigido a todo aquel que quisiese transitar una educación formal. Hoy, por medio de una computadora o un smartphone con acceso a Internet, los estudiantes pueden ingresar a contenidos educativos digitales las 24 horas del día y los 7 días de la semana.
Esta flexibilidad no sólo hace posible reducir costos y evitar problemáticas asociadas a la formación: también habilita a aplicar nuevas habilidades y conocimiento casi en tiempo real.
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Además, la teleducación ha modificado el rol del docente, que antes se imponía como una autoridad que depositaba conocimientos en tablas rasas o sacos vacíos. Ahora, el nuevo paradigma lo convirtió en tutor de la interacción entre participantes y facilitador de un aprendizaje colectivo y colaborativo.
Las nuevas modalidades en las que se desarrollan los procesos de educación-aprendizaje ofrecen a los estudiantes más accesibilidad hacia los capacitadores y una mayor oportunidad de intercambio con ellos. Por otro lado, la documentación permanente de toda actividad que se realiza en el entorno virtual, permite al estudiante volver sobre las ideas compartidas para repasar y reflexionar sobre ellas y sobre su propio proceso de aprendizaje.
Telemedicina: un pilar para la transformación del paradigma educativo en la salud
Las características de este creciente paradigma no se quedan ahí, sino que trascienden la teleducación y alcanzan la nueva modalidad médica surgida a la par de la educación a distancia: la telemedicina. Su primer programa en la Argentina fue desarrollado por el Hospital de Pediatría Garrahan, en 1997, para alentar el acceso igualitario a consultas con especialistas. Desde entonces, ha recibido más de 50.000 consultas y el 80% de sus pacientes no debieron trasladarse a Buenos Aires.
Es innegable que la retroalimentación del ejercicio profesional y educativo dentro del marco de las nuevas tecnologías de la información y las comunicaciones ha hecho posible ofrecer servicios basados en conocimientos y capacitaciones destinadas a profesionales de la salud, que requieren de una formación continua en el área del diagnóstico por imágenes, entre otras innumerables ramas de la medicina.
De este modo, el acceso universal a la educación formal y a la medicina especializada se presenta tan al alcance de nuestras manos como nunca en la historia de la humanidad y sus márgenes de libertad constituyen una manera factible de formación continua y desarrollo permanente.
Y todo esto es, ni más ni menos, que en beneficio de la salud de toda la sociedad.
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