Entre los estudios que se realizan durante el embarazo, el análisis de la anatomía fetal es un procedimiento destacado, ya que se pueden observar cuantiosos aspectos, entre ellos, las malformaciones en etapas precoces.
La resonancia magnética es uno de los métodos que se ha empezado a utilizar con mayor frecuencia y que tiene la capacidad de detectar un 20% más de anomalías de lo que la ultrasonografía es capaz.
Con el objeto de analizar cuáles son los aportes de la resonancia magnética fetal, sus alcances y limitaciones, los doctores Nicolás Sgarbi y Verónica Etchegoimberry realizan un recorrido que se publicó en la Revista Virtual de Radiología CIR.
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Indicaciones generales al realizar una resonancia magnética fetal (RMF)
El análisis del embarazo debe comenzar con un estudio ecográfico que cuente con una interpretación enfocada en la anatomía fetal. Con las indicaciones que resulten de este primer estudio se procede al desarrollo de la RMF, pero esta debe estar orientada a cierta región anatómica u órgano para que se logren mejores resultados.
Al mismo tiempo, se deben considerar aspectos relacionados con el vínculo entre el feto y la madre, y es necesario tener en cuenta que se obtendrán imágenes de calidad cuando el feto se encuentre inmóvil. El momento en que se realiza el estudio resulta fundamental para la calidad de los datos que se obtengan. De tal modo, es idóneo que se practique la RMF luego de la semana 20 de gestación, puesto que antes de este periodo las estructuras son muy pequeñas y de difícil lectura.
Respecto de la preparación para el estudio, se desaconseja la sedación y, en cambio, se indica ayuno materno de entre 4 y 6 horas. Para el momento de la captura de imágenes, la paciente puede posicionarse decúbito dorsal o decúbito lateral.
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Situaciones clínicas para la RMF
Una posible malformación encefálica es la causa por la que el 80% de las resonancias magnéticas fetales se realiza. Sin embargo, varios autores señalan que la indicación de RM por el aumento del tamaño de los ventrículos laterales (ventriculomegalia) también es frecuente, con un 50% de ocurrencia.
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Otro conjunto de malformaciones de diferente complejidad y pronóstico son las alteraciones de la línea media. La RMF tiene elevada sensibilidad para lograr el diagnóstico de este tipo de anomalías, sobre todo, del cuerpo calloso.
En los casos de las alteraciones de la fosa posterior, el diagnóstico no es tan sencillo. Este grupo de malformaciones se dividen en: malformaciones predominantemente cerebelosas, cerebelosas y de tronco encefálico, y las del mesencéfalo. Entre las que comprometen de manera predominante el cerebelo se pueden hallar aquellas que afectan al vermis, la hipoplasia vermiana y la romboencefalosinapsis.
En este contexto, la RMF da precisión en la evaluación del vermis cerebeloso y la cisterna magna en busca de malformaciones. También por RMF puede valorarse la presencia y localización de las amígdalas cerebelosas y, de esa manera, tener la posibilidad de evaluar la existencia de malformaciones del grupo Chiari.
Es importante destacar que, si bien los aportes de la resonancia magnética se han establecido fundamentalmente en las malformaciones, las indicaciones son variadas y sus aportes diversos en otras situaciones patológicas. Por ejemplo, es utilizada con frecuencia en situaciones graves o extremas, como las que puede presentar el sufrimiento fetal, o contextos donde puede verse el daño vascular con destrucción del parénquima encefálico y en casos de hemorragias, que son factibles de producirse durante el desarrollo.
Esto es apenas un pantallazo del amplio alcance y los resultados que ofrece la resonancia magnética fetal. Con el conocimiento de que las malformaciones del sistema nervioso central pueden tener graves consecuencias en la vida posnatal, aprovechar las técnicas de diagnóstico en sus diferentes niveles de complejidad es una opción invaluable.
En cualquiera de los casos resulta importante recordar que la resonancia magnética fetal será un estudio complementario de los estudios de ultrasonido tradicionales y que se recurre a ella en situaciones precisas donde esta evaluación puede aportar algún valor diferencial.
En una nota anterior, hablamos sobre los avances y las buenas prácticas de la teleradiología.
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