La inteligencia artificial (IA) llegó para revolucionar los diferentes sectores de la sociedad en los que, hasta hoy, se desarrollaba tan solo el trabajo humano; y el ámbito del diagnóstico por imágenes es uno de esos espacios en donde este tipo de tecnología provee mayores beneficios.
Desde la optimización de las funciones hasta la mejora en los servicios, con una consecuente reducción de los costos, son algunas de las bondades que la incorporación de la IA puede brindar.
La radiología es el área de la salud donde la inteligencia artificial más ventajas parece proveer y, con gran innovación, resulta capaz de acelerar el flujo de trabajo, aumentar la precisión, jerarquizar las acciones y aportar datos para una correcta cuantificación y sistematización de las tareas rutinarias. Veamos por qué.
Los desafíos en el campo de la radiología son cada vez mayores. No en vano se requiere su uso en mayor cantidad de pacientes; pero ese incremento en el uso del diagnóstico por imágenes no ha sido correlativo con la cantidad de profesionales médicos que se desenvuelven en esta área.
Dicha situación pone en riesgo la atención correcta del paciente, y es en este lugar donde la inteligencia artificial trae claridad: puede aumentar el flujo de trabajo de los radiólogos al ayudar a resaltar anomalías, de modo que se puedan tratar los casos de manera oportuna.
En números, se considera una predicción de 6,2 mil millones de horas de productividad que la inteligencia artificial podría recuperar para el 2021. En un campo tan crucial como el de la radiología, esta cifra puede marcar una diferencia notable entre la vida y la muerte.
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Aunque el instinto y, sobre todo, la experiencia en la observación son factores clave en el día día de la actividad radiológica, la inteligencia artificial puede sumar precisión y regularidad en la detección de anomalías que, de otra forma, podrían pasar desapercibidas.
También aporta concreción frente al aumento de consultas y a la suma de trabajo en los momentos en que el cansancio apremia y brinda así, tranquilidad a los radiólogos, quienes saben que cuentan con un nivel de apoyo extra en la toma de decisiones.
Investigadores del Instituto Terasaki de Innovación Biomédica (TIBI), en California (Estados Unidos) diseñaron y validaron una herramienta de detección de Covid-19 basado en imágenes con la ayuda de un modelo de inteligencia artificial.
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La utilización de sistemas de inteligencia artificial ayuda a los radiólogos a tratar casos más urgentes y sensibles, y a observarlos justo a tiempo. El tratamiento en estas situaciones suele ser más rápido y, en circunstancias como los accidentes cerebrovasculares –donde cada segundo es vital– la inmensa y veloz toma de imágenes y la provisión de datos médicos se convierten en elementos esenciales.
Uno de los grandes aportes de la inteligencia artificial al servicio radiológico es la posibilidad que brinda de encargarse, de forma confiable, de las tareas más tediosas y repetitivas. De esta manera, los radiólogos pueden concentrarse en trabajos más importantes. La cuantificación que se basa en IA brinda la capacidad de medir lesiones y anomalías a lo largo del tiempo y con precisión, y los datos que se obtienen, transcurridas ciertas etapas, aportan eficiencia en la reducción de tareas que antes consumían mucho tiempo.
Por eso, cuando se incorpora la inteligencia artificial para relevar dichas funciones, los profesionales cuentan con mayor disponibilidad para concentrarse en proyectos de investigación. Así, la IA permite ganar tiempo, mejorar el vínculo con los pacientes y optimizar el equilibrio entre la vida laboral y familiar.
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