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Los beneficios que aporta la tecnología aplicada al diagnóstico por imágenes son indudables y de su permanencia y mejora, depende el progreso y la atención diferenciada en los diversos centros. Sin embargo, la incorporación de innovaciones de manera permanente está condicionada por recursos económicos y por cómo se organicen los planes de inversión.
Según detalla un informe realizado por la Sociedad Española de Radiología Médica (SERAM), los procesos de crisis a nivel global impactan de manera directa en la inversión en tecnología para el diagnóstico por imágenes. Pero, se destaca, que no es el factor económico el único que influye en la creciente obsolescencia tecnológica. También, resulta determinante la falta de información sobre los ciclos de vida de la tecnología, los criterios de actualización, así como los beneficios directos e indirectos que puede aportar la renovación por equipos con menor consumo y con más capacidad diagnóstica.
Por lo tanto, siguiendo la propuesta que brinda SERAM, detallaremos cuáles son los pasos necesarios para la renovación y actualización de la tecnología de imagen médica.
Para saber cómo se debe proceder en la renovación de la tecnología vinculada al diagnóstico por imágenes es relevante conocer cuáles son los pasos que comprende la gestión de dichas herramientas. Entre los puntos más destacados se encuentran:
planificación de la renovación tecnológica
previsión de recursos necesarios
evaluación de opciones tecnológicas
instalación de equipamiento y formación para su uso
mantenimiento y actualización hasta completar el ciclo de vida útil
desinstalación y reciclado
Teniendo cuenta cada una de estas etapas se podrá visualizar con mayor claridad cuándo y cómo actualizar los equipos de tecnología o en qué casos se considerará necesaria la incorporación de tecnologías emergentes.
En TELERAD nos especializamos en la telegestión de centro de diagnóstico y sabemos que no es una tarea sencilla. Para que se tomen decisiones acertadas basadas en procedimientos claros, resultan de suma utilidad las siguientes recomendaciones:
Documentar el inventario de los equipos de cada centro de salud es una tarea indispensable ya que este tipo de información dispersa imposibilita la correcta prevención y anticipación al deterioro. En el registro debe constar la fecha de adquisición, el número de turnos de trabajo, la actividad anual, los tipos de mantenimientos realizados, los controles de calidad, el inventario de averías, etcétera.
Para poder actuar con mayor transparencia y para que los pacientes tengan acceso a la información que los afecta, se recomienda que al menos la información básica del registro documental que se haga sea de dominio público, con informe de situación y estadísticas fiables. De esa manera, los pacientes que valoren la actualización periódica de equipamiento tecnológico dispondrán de la verificación de las maquinarias con las que se está realizando los estudios.
Si bien son varios los factores que influyen en la esperanza de vida de un equipo de tecnología médica, en gran parte de las instituciones, el parámetro que se utiliza como criterio de renovación es el del tiempo de uso. Aunque el ciclo de vida es diferente para cada tipo de modalidad de imagen, existe una coincidencia en que los periodos de obsolescencia oscilan entre los 7 y los 10 años.
Pero, además, también es necesario tener en cuenta otros parámetros como, por ejemplo, el grado de utilización de un equipamiento, la intensidad de su uso o el número de exámenes que se realizan por año.
La obsolescencia tecnológica es otro factor a tener en cuenta, también las fallas de seguridad, la necesidad de mejora en la productividad, el costo de uso, el índice de fallos, problemas de mantenimiento, la disponibilidad recambios, etcétera.
El mantenimiento que un equipo tenga va a influir decisivamente en su esperanza de vida. Un mantenimiento incorrecto reduce no solo la vida útil, sino que también puede afectar la fiabilidad y seguridad. Por lo tanto, cada mantenimiento debe contar con la posibilidad de preservación de la funcionalidad de los equipos en sus características y especificidades originales.
Se debe contemplar la necesidad de realizar actualizaciones durante la vida del equipamiento de los componentes computarizados. Los hardware y softwares suelen tener un ciclo de vida menor que el resto del equipo. Su obsolescencia se alcanza alrededor de los 5 años, por lo tanto, son recomendables las actualizaciones o up-grades mediante el reemplazo de componentes o la incorporación de otros nuevos que aporten valor para la seguridad del paciente y para la calidad de los exámenes.
Se recomienda evitar la improvisación en relación con las inversiones. La planificación a mediano plazo no debería superar los 5 años. Sobre todo, en los centros en que todos los equipamientos se adquieren a la vez en el momento en que se inaugura. En estos casos, la planificación permite que la renovación pueda ser ordenada y escalonada, teniendo en cuenta la diferente esperanza de vida de los distintos equipos.
Los equipos que hayan sobrepasado su ciclo de vida útil deberían seguir hasta su renovación, pero con un proceso de control exhaustivo que monitorea el cumplimiento regular de su funcionalidad.
En conclusión, si su centro de salud necesita reemplazar el equipamiento médico de diagnóstico por imágenes, esta guía basada en las recomendaciones de SERAM le será de utilidad. Sabrá cuándo realizar los cambios pertinentes, cuáles son los criterios apropiados y mantendrá vigente la calidad en las prestaciones, la seguridad y la excelencia en la atención.