De la mano de los avances en las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) de los últimos años, la teleducación ha llegado a convertirse en una alternativa con peso propio para complementar –y hasta reemplazar– a la tradicional modalidad de aprendizaje presencial en un amplio abanico de disciplinas.
La enseñanza de las ciencias médicas no queda fuera de este cambio de paradigma, y cada vez son más los profesionales de la salud que apuestan por formarse online en diferentes momentos de su recorrido académico.
Muchas facultades de ciencias médicas de diferentes partes del mundo están incorporando la teleducación dentro de sus planes de estudio. Pero cuando hablamos de la actualización profesional, una necesidad intrínseca al ejercicio de la práctica médica es cuando resulta todavía más lógico pensar en la educación a distancia como la primera opción.
De la mano de esta modalidad, estudiantes y médicos interesados en adquirir nuevos conocimientos y habilidades en su campo, no sólo consiguen trascender las barreras geográficas, pudiendo capacitarse en cualquier momento y lugar, sino que también disminuyen los gastos y tiempos asociados a tener que trasladarse hasta un centro educativo.
De hecho, de acuerdo con el reporte E-learning Market - Global Outlook and Forecast 2018-2023, para finales de este período, se espera que el sector de la educación a distancia alcance una facturación de $65,41 billones de dólares.
Entendido como el uso de tecnologías de la información y la comunicación para respaldar procesos educativos y de aprendizaje basados en recursos en línea, el e-learning ha conseguido revolucionar la forma en la que se transmiten y se adquieren los conocimientos médicos.
A diferencia del modelo presencial, en la teleducación el estudiante pasa a tener un rol activo en su proceso de aprendizaje: es él el que elige las disciplinas en las que se capacita y el que administra sus tiempos de estudio con total libertad.
Si bien la educación médica a distancia suele asociarse en primer término a las plataformas de e-learning, las aplicaciones móviles y las redes sociales con fines educativos gozan de cada vez mayor aceptación.
No hay que olvidarse de que la alta penetración de smartphones en la región ha contribuido a la propagación de la educación digital. De acuerdo con un estudio de IMS Internet Media Services (IMS) y comScore, los latinoamericanos pasan más de 90 minutos al día conectados a través de sus teléfonos inteligentes. Por eso, no debe asombrar que los dispositivos móviles sean los próximos grandes aliados de la teleducación.
La educación digital abre un sinfín de oportunidades para los profesionales de la salud. Ya no se trata solamente de actualizarse en tiempo real sobre los últimos avances relacionados con su disciplina, sino también de formar parte de un sistema de aprendizaje más democrático y basado en la colaboración. El desafío frente a nosotros es importante... y las perspectivas más que prometedoras.
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