Entre los innumerables efectos y cambios que provocó el COVID-19 está el exponencial crecimiento del uso de Internet. Tanto es así que, según analistas del mercado de las telecomunicaciones, en marzo pasado la red aumentó su tráfico de datos casi un 40%. Esto demostró que todas las empresas, incluidas las organizaciones de salud, se vieron obligadas a modificar sus operaciones y abocarse a brindar un servicio digital y a distancia, lo cual evidenció la necesidad de un cambio radical en la manera de hacer medicina.
Pero ¿con qué nos encontramos?
El desafío en los centros de salud
En la Argentina ya transcurrieron más de 100 días de cuarentena y, en la región del AMBA (Ciudad de Buenos Aires y Gran Buenos Aires), se concentra el pico de casos. Esto, sin dudas, afecta también a la actividad de los centros de diagnóstico por imágenes como a cualquier centro de salud. En el caso de los más alejados, la situación es distinta, dado que no se encuentran en el epicentro de contagio y sus funciones se mantienen relativamente estables.
Entonces, cabe preguntarse si realmente estábamos preparados para el trabajo remoto y el diagnóstico por imágenes a distancia. Si bien son pocos los centros de salud y hospitales que ya contaban con la infraestructura y los canales necesarios para afrontar el teletrabajo –tanto en áreas administrativas como en la actividad médica misma–, en todos los casos se hizo explícita la necesidad de incorporar la tecnología, incluso ante los ojos de los detractores o escépticos del impacto de esta gran herramienta.
Diagnóstico por imágenes a distancia: la importancia de una disciplina en auge
En Telerad llevamos el ADN del teletrabajo en nuestra esencia: desde 2012 asistimos a los centros médicos de América Latina y Europa para que puedan implementar soluciones de diagnóstico por imágenes a distancia, teleducación y asesoramiento virtual. Aunque todavía hay un largo camino por recorrer, lo cierto es que, en todos estos años, hemos sido parte del crecimiento de la telemedicina en la región.
Con todo esto, es importante analizar que, tal vez, la herencia más inmediata del COVID-19 sea el trabajo remoto y la adaptación de las organizaciones de la salud a los procesos de atención médica y a los desafíos que plantea la telemedicina. En ese sentido, en el área de diagnóstico por imágenes a distancia, los beneficios de esta disciplina son evidentes.
Su utilización implica:
- Mayor rapidez de los diagnósticos.
- Mejor calidad médica para los centros de salud alejados de las grandes urbes.
- La posibilidad de capacitación a distancia para entrenar a los profesionales del sector a un valor bastante más accesible que los centros de estudio.
- Contar con todos los especialistas dentro de una institución a veces no es posible. Agregar un equipo virtual mejora la calidad de atención e inmediatez.
- En resumen: se achican las distancias para tener una mayor cercanía al conocimiento y la calidad médica.
Así como ningún directivo hoy duda de que su página web es el centro de contacto entre los pacientes y su organización, es probable que estemos frente al avance de un proceso que sigue acelerándose en términos de la adopción de herramientas de la telemedicina, como lo es el diagnóstico por imágenes a distancia.
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Un cambio inminente
Adoptar nuevas tecnologías y prácticas no es algo que se logra de la noche a la mañana. Se trata de un proceso cuyo objetivo es el aprendizaje de una nueva dinámica con el fin de brindar una mejor calidad a cada uno de los pacientes.
Si bien es un desafío, lo cierto es que los tiempos que corren han impulsado casi obligatoriamente esta transformación.
Sin dudas, sigue habiendo oportunidad para todos aquellos que quieran dar un salto a raíz de los retos que plantea este nuevo mundo post-COVID-19.
Es hora de tomar una decisión y asumir la responsabilidad de llevar más salud a una mayor cantidad personas, sin límites ni fronteras.
El momento es este.
Contáctenos para hablar sobre el servicio de diagnóstico por imágenes a distancia. Sabemos cómo ayudarlo.
