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Bioseguridad en telemedicina: protocolos para una mejor atención

Escrito por Dr. Flavio Sánchez | 16/03/2022 11:00:00

 

El uso de medios electrónicos y tecnológicos a la hora de realizar una interconsulta médica se expandió notablemente a raíz de la pandemia. Esta modalidad presenta múltiples beneficios en términos de accesibilidad, comodidad y eficiencia, pero a la vez varios desafíos.

Uno de estos últimos es la adopción de protocolos de seguridad para brindar una atención confiable y eficiente. Ahora bien, ¿qué desafíos incorpora la telemedicina y qué elementos es preciso tener en consideración para una práctica segura?


Bioseguridad: al resguardo de profesionales de la salud y pacientes

La bioseguridad consiste en un conjunto de normas y procedimientos que buscan disminuir, minimizar o eliminar los factores de riesgo biológicos que puedan llegar afectar la salud o la vida de las personas. Es importante que los profesionales de la salud dentro de sus funciones apliquen las normas y protocolos recomendados para la seguridad de los pacientes y profesionales frente a los diferentes riesgos a los que se encuentran expuestos.

Por lo general, los elementos utilizados para cumplir con estos procedimientos suelen consistir en barreras protectoras y protocolos que deben cumplirse por parte del personal de la salud ya sea en consultorios, quirófanos, laboratorios, habitaciones y cuidado intensivo.

 

 

 

De acuerdo a una encuesta realizada al personal de salud del Hospital Nacional Hipólito Unanue de Perú, el conocimiento de bioseguridad en general fue bajo, con casi un 80% de los encuestados respondiendo correctamente a menos de 7 respuestas de un total de 10.

Fuente: scielo.org

 

 

Las normas y protocolos en diferentes áreas de la Telemedicina

 

 

Al igual que la medicina que se ejerce en instituciones de salud, la Telemedicina también debe implementar los protocolos de bioseguridad ya que posee un ámbito de aplicación en diversas especialidades; por ejemplo, la transmisión de imágenes de radiología diagnóstica y similares (teleradiología), el laboratorio clínico y la historia clínica electrónica (teleconsulta), el uso en dermatología mediante la ayuda de la videoconferencia (teledermatología) y la asistencia a pacientes en psiquiatría mediante videoconferencias y chats (telepsiquiatría).

En ese marco, las barreras que se buscan superar se relacionan con la interacción médico-paciente: problemas de comunicación, requerimientos para garantizar la protección de datos, limitaciones en caso de que algún interlocutor no sea nativo digital y entre otros.

Por lo tanto, los elementos a tener en cuenta para minimizar los obstáculos y asegurar una modalidad de trabajo adecuada son:

  • Calidad de conexión a internet: para una teleconsulta es necesario que ambas partes cuenten con un dispositivo adecuado con conexiones rápidas y estables a Internet y banda ancha. Para estar preparado frente a una interrupción de la comunicación es recomendable tener un teléfono disponible que permita continuar con la consulta.
  • Herramienta de chat: con el fin de evitar utilizar aplicaciones no autorizadas y que no ofrecen un resguardo adecuado se deberán optar por herramientas de chat corporativas Esto evitará posibles fugas de información y problemas de confidencialidad que pueden producirse por utilizar herramientas de uso personal como WhatsApp o correo electrónico particular.

 

En Argentina con el estallido de la pandemia el número de llamadas de usuarios que usaban la telemedicina por primera vez aumentó un 226%.

Fuente: BID

 

 

  • Tecnología visual y auditiva: es recomendable que cuenten con estándares y certificaciones para trabajar con sistemas de información en salud y protocolos de seguridad y ciberseguridad para la inviolabilidad de la información.
  • Infraestructura de clave privada (PKI): para proteger las conexiones remotas y abordar requerimientos como la autenticación sólida, el cifrado de datos y la autenticación de usuarios y dispositivos.
  • Relación médico-paciente: la amplia disponibilidad de información transformó el rol de los usuarios de servicios de salud quienes ya no asumen una posición pasiva y acrítica. En este contexto, el profesional debe adaptarse a los cambios y desarrollar estrategias de comunicación de carácter informador y orientador frente a los recursos que ya poseen los pacientes.
  • Documentación de la información: es importante establecer de forma clara los criterios de almacenamiento y registro de los datos, indicaciones médicas y medicamentos recetados, tanto para la documentación clínica de un episodio específico de cuidado como para la historia clínica. Asimismo, se debe determinar quiénes serán los usuarios que cuentan con autorización para acceder a la información.

 

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La telemedicina y las tecnologías innovadoras tienen muchas ventajas tanto para profesionales de la salud como para los pacientes. Sin embargo, su realización no puede estar exenta de los protocolos y normas que se aplican al ámbito médico en general para la seguridad de todos los involucrados.

Así, la bioseguridad de posiciona como un engranaje clave en la atención de los pacientes y la labor diaria de los profesionales de salud.

 

 

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