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Cáncer de colon: el aporte de las imágenes

Escrito por Dr. Flavio Sánchez | 02/05/2019 11:52:00

La colonoscopia es la técnica de elección que permite ubicar el tumor, estimar su tamaño, su extensión en la luz intestinal y en su longitud, verificar si existe estenosis, hemorragia activa y si es tumor único o multifocal.

De acuerdo con una publicación de septiembre de 2016 de Diego García-Compean y Emanuel González-Moreno, de la Universidad de Nuevo León en México, la colonoscopía tiene una sensibilidad y una especificidad para detectar pólipos y cáncer colorrectal del 92% al 97% y un riesgo de complicaciones inferior de 0,1%. No obstante, la imagenología y, especialmente, las especialidades radiológicas tienen cosas para decir y aportes valiosos para hacer.

La apariencia endoscópica del cáncer colorrectal puede ser muy variable. Algunos tumores forman grandes masas ulceradas, polipoideas, friables e induradas, con vasculatura aberrante, mientras que otros son tumores más discretos en comparación con la mucosa adyacente.

Los tumores del ciego y del colon ascendente tienden a ser más grandes y propensos a necrosis y ulceración, como resultado de un suministro de sangre insuficiente.

Las pruebas de detección complementarias a la colonoscopía pueden incluir examen de heces para detectar sangre (.NO.,) ADN fecal, la sigmoidoscopia flexible y, finalmente, los distintos tipos de Imágenes. 

El tipo de cáncer de colon y recto más frecuente es el adenocarcinoma, que (como indica la Asociación Española Contra el Cáncer) supone más del 90% de los casos.

Desde el clásico enema de bario y aire, hasta los tipos más sofisticados de tomografía computarizada, la radiología tiene un espacio, tanto para el diagnóstico como para el seguimiento.

El clásico enema de bario con contraste de aire puede hacer visible el revestimiento. Se utiliza, principalmente, si no se puede realizar una colonoscopia completa o cuando la colonoscopía puede ser riesgosa.

Una tomografía computarizada puede mostrar si el cáncer se ha diseminado al hígado, a los pulmones u otros órganos. La imagen capturada del colon y del recto que produce imágenes virtuales detalladas de la mucosa para que el médico pueda ver lesiones elevadas como pólipos o cáncer. Es utilizada, principalmente, para el seguimiento después de una biopsia.

 La American Cancer Society, recomienda realizarse la colonografía por tomografía computarizada cada 5 años.

 

El 95% de los casos de cáncer colorrectal tienen su origen en pólipos adenomatosos benignos. También es el que presenta mayores tasas de curación.

 

  • La innovación tecnológica, en auxilio

La inteligencia artificial (IA) ofrece nuevas opciones para determinar patologías con mayor precisión y, aunque todavía no hay mucho publicado sobre IA en cáncer colorrectal, las experiencias actuales son prometedoras. Mientras tanto, veamos dos de las más avanzadas tecnologías en imágenes:

 

PET-CT

  • Hoy en día, es la tecnología más promisoria para detectar algunos tumores malignos.
  • Combina la tomografía por emisión de positrones (PET) con la tomografía computarizada (CT). Esta última permite ver los finos detalles estructurales del cuerpo con alta calidad y resolución de imagen.
  • El PET scan permite detectar cambios en el metabolismo celular del paciente al inyectar un análogo de glucosa (FDG-18) que marca el metabolismo de glucosa. Las células cancerosas crecen rápidamente y consumen más FDG que las células normales.
  • El equipo de PET/CT detecta áreas de alto consumo de glucosa, creando un mapa que indica la localización de las zonas sospechosas.

 

Colonoscopía virtual (CV)

  • Esta prueba utiliza la CT  para crear una imagen tridimensional y virtual de la mucosa de revestimiento del colon y el recto. Si se encuentran anormalidades, entonces se indica colonoscopía.
  • Permite visualizar el colon desde muchos ángulos diferentes, lo que no es tan fácil con la colonoscopia convencional.
  • No requiere sedación, mientras la colonoscopia convencional tiene un pequeño riesgo de perforación intestinal. Casi no hay ningún riesgo con la CV.

 

Cerca de un 75 % de los casos nuevos de cáncer colorrectal ocurren en personas que no tienen un factor de riesgo evidente, salvo tener 50 años o más.

  

El rol del radiólogo es vital tanto en su papel diagnóstico como en el de participar en la correcta estatificación y seguimiento oncológico, y para ello deberá estar familiarizado tanto con los diferentes patrones sugerentes de lesión colorrectal como con la operación de los equipos.

Respondiendo a la pregunta de la introducción, las imágenes sí tienen mucho que aportar al diagnóstico y seguimiento del cáncer colorrectal, especialmente a partir de que las tecnologías más avanzadas ofrecen cada vez más herramientas para hacerlo.

Si quiere mantenerse actualizado sobre este y otros temas, lo invitamos a conocer los distintos cursos de capacitación en diagnóstico por imágenes que tenemos en nuestra biblioteca.

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