Ventajas y desafíos de adoptar un servicio de teleradiología

Subida a la ola de los avances tecnológicos en informática y telecomunicaciones, la teleradiología parece no tener techo. El intercambio y la interpretación de los datos por ella facilitada permiten la elaboración de diagnósticos, prevención y tratamiento de enfermedades, la formación de profesionales sanitarios y la realización de investigaciones de una manera más eficiente.

Actualmente, esta modalidad está asociada al ahorro del tiempo, a un mejor aprovechamiento del personal, a la reducción de los costos por impresión de placas y otros insumos radiológicos y a la disminución en los tiempos de espera y camas hospitalarias. Pero, ¿qué ventajas y desafíos presenta la implementación de los servicios de teleradiología?

Optimización de recursos y mayor accesibilidad

Como rama de la medicina a distancia, el servicio de teleradiología muestra mayor eficacia en la utilización de los recursos asistenciales.

Por medio del envío de imágenes y datos clínicos hacia un sistema de archivo e información, el profesional accede al sistema, visualiza el estudio y realiza el informe, asumiendo la responsabilidad del diagnóstico. 

Entre las principales ventajas que ofrece esta modalidad, se encuentran: 

• Permite apresurar y mejorar la toma de decisiones médicas, acortando los tiempos de espera de los pacientes.
• Minimiza la necesidad de contar con estaciones de diagnóstico en cada hospital o clínica, y hace más eficientes los informes de producción y la administración estadística.
• Permite realizar interconsultas con especialistas de otros hospitales, teniendo ambos profesionales la misma información disponible, y permitiendo que se determine la real necesidad de trasladar un paciente, según los resultados de las imágenes.

Para los pacientes, las ventajas giran en torno a una mayor accesibilidad a las consultas médicas y a los recursos sanitarios, así como a una concepción integral de su historia clínica almacenada en expedientes digitales.

Probablemente, una de las principales ventajas de la teleradiología es su alcance geográfico. Los pacientes que viven en áreas con limitaciones médicas o de acceso físico se pueden beneficiar de la experiencia de profesionales sub especialistas que generalmente están concentrados en las principales urbes. Tal es el caso de Panamá, país en el cual los pocos profesionales dedicados a la radiología se concentran en la ciudad capital.

Ante esta situación, surgieron políticas sanitarias como el Programa Nacional de Teleradiología que velan por el acceso universal a la salud al proveer servicios de radiología a todos sus habitantes.

Este programa dispuso la instalación de 12 puestos con máquinas de rayos X digital interconectadas entre sí vía satélite. Las imágenes son enviadas a la ciudad de Panamá donde un grupo de especialistas las recibe, interpreta y envía de regreso a los puntos de origen. De esta manera se asegura cobertura sanitaria en áreas que se encontraban totalmente desprovistas de radiólogos.

Inversión en infraestructura y estimación de la modalidad a distancia

En términos absolutos, su implementación no representa una inversión mayor siempre que las instituciones cuenten con equipos digitalizados. Si no se cuenta con esta infraestructura la puesta en marcha de esta modalidad puede generar un costo elevado por la adquisición de la tecnología. Es por esto que siempre que se piense en esta modalidad se debe hacer una evaluación preliminar junto al área técnica de las instituciones con el fin de valorar la viabilidad del proyecto y el costo beneficio que representaría para cada institución.

Sin embargo, el alto costo no solo refiere al equipamiento específico sino también a la disponibilidad de un servicio de internet óptimo.

A propósito de esto, en sus Estándares, guías y recomendaciones generales para la práctica de la teleradiología (CIR, 2009) el Colegio Interamericano de Radiología sostiene: “la teleradiología no es apropiada si el sistema no proporciona imágenes con el nivel de calidad requerido, por lo tanto, la imagen final transmitida no debería arrojar una pérdida de datos clínicamente significativa durante el proceso de envío.”

En relación a los temas de seguridad y control de calidad, pueden destacarse las Recomendaciones básicas para la práctica de la Teleradiología (CIR, 2009). En ellas, el Colegio Interamericano de Radiología recomienda a los países miembros:

• Cumplir con los estándares de protección de datos exigidos en cada país.
• Documentar políticas y procedimientos de seguridad en la identificación de pacientes e imágenes.
• Contar con medidas de salvaguarda del sistema ante su eventual corrupción intencional o no intencional.
• Documentar guías para el uso de datos de teleradiología en educación e investigación.
• Garantizar la confidencialidad de la información.

Asimismo, insta a:

• Establecer procedimientos adecuados de auditoría tanto en el sitio de referencia como en el de interpretación.
• Certificar la participación del radiólogo en el proceso de aseguramiento de la calidad y en la documentación del proceso.
• Establecer procedimientos para monitorear y evaluar la administración efectiva, la seguridad y el funcionamiento adecuado del equipo.

Más allá de estos factores, posiblemente el mayor desafío para la implementación de los servicios de teleradiología, sea la resistencia al cambio que, a veces, manifiestan los profesionales de la salud y sus pacientes.

En tal sentido, es importante contar con el apoyo tanto de instituciones públicas como privadas para alcanzar el objetivo de una formación continua que brinde las mejores herramientas a los profesionales.