Ya pasaron varios años desde que convertimos un sueño en realidad con Telerad. Tiempo atrás, un grupo de apasionados por la medicina y especialistas en diagnóstico por imágenes, buscábamos expandir nuestra especialidad más allá de la institución donde trabajábamos, mucho más allá de lo que estábamos acostumbrados a servir, con la sensación de que lo que hacíamos podía alcanzar a más personas y mejorar su bienestar...
Trabajamos duro y seguimos haciéndolo, cada día con más pasión y más horas dedicadas, convencidos de que aplicando adecuadamente la tecnología de última generación es posible aumentar el acceso a la salud.
En el último CADI, por ejemplo, estuve conversando con un estudiante avanzado de diagnóstico por imágenes de Colombia, asiduo lector de mis blogs. Inspirado en ellos, decidió perfeccionarse en Buenos Aires durante 3 años. Tuvo que hacer muchos cambios en su vida: dejar a su familia, recurrir a sus ahorros, replantear su futuro en un país lejano. El impacto de esa decisión en su vida me emocionó. Lo que sentí al escuchar su historia no lo podría volcar en palabras porque su agradecimiento, su humildad, lo que significaba para él esta especialización hablaban de él, de su futuro y el de su familia, sus planes, sus sueños. Su relato nada tenía que ver con tecnología o teleradiología.
Dado que la teleradiología muchas veces nos deja detrás de una pantalla, pareciera que nuestro trabajo poco se relaciona con lo personal. Nada más lejos de la realidad. El nombre de las personas, sus casos, sus desafíos y las batallas que libran, calan fondo en nuestras cabezas y corazones. Cada caso es un mundo, no hay dos personas iguales. Mal podríamos analizar imágenes basados exclusivamente en estadísticas o la teoría. Muchas veces, estas nos llegan con poca información o nula historia clínica, que es, en realidad, la historia de una persona.
Quizás por eso hace unos años decidí que tenía que tener un blog. Porque compartir sobre tecnología y tendencias en el mundo del diagnóstico por imágenes lo hacen muchas empresas y profesionales de excelente nivel; lo mío es apenas un granito de arena que aporto humildemente.
Pero creo que compartir la experiencia, el conocimiento, aprender de colegas de todo el mundo y sobre todo fortalecer relaciones humanas, hacen que uno más uno sea mucho más que dos. Y de eso se trata la medicina y Telerad: que el resultado de la evolución en el diagnóstico por imágenes llegue a más personas en el mundo, cada vez con mayor velocidad de respuesta y a costos alcanzables por la mayor cantidad de personas posible.
Les agradezco a los suscriptores que me leen habitualmente. Por más que parezca un vínculo digital, para ustedes escribo.
¡Hasta la próxima!