La medicina a distancia, y dentro de ella la teleradiología, es actualmente una estrategia muy utilizada para distribuir servicios de salud. Es sabido que el uso de equipos más modernos permite detectar la más mínima anomalía funcional en cuestión de segundos con una precisión y exactitud impensada hace unos años. Para llegar a este punto se han necesitado años de investigación y mucha inversión; ha evolucionado hasta tal punto que se han necesitado de otras tecnologías para complementar la teleradiología, como se la conoce actualmente.
Dos de ellas son la informática y la comunicación; la inclusión de estos sistemas de información en los equipos de diagnóstico radiológico ha hecho que los procesos de transformación, codificación, transmisión y almacenamiento de los datos se simplifiquen y faciliten. Gracias a la eficiencia de nuevos software y la gran capacidad de almacenamiento de información gráfica, estas aplicaciones se han multiplicado exponencialmente en la radiología médica.
Todos los avances en la práctica de la radiología moderna han tenido repercusiones en el presupuesto y recursos a nivel sanitario. Es claro que la adquisición, instalación, adecuación de espacios y capacitación de personal, representan un costo muy elevado para las instituciones, especialmente las públicas. Sin embargo cuando se realiza un análisis de costo-beneficio para esta adquisición, se observa que los beneficios para el proceso de diagnóstico médico para grandes poblaciones, a través de la teleradiología, así como la mejoría de varios indicadores del proceso de salud, sobrepasan en gran escala la inversión que se llega a hacer en los equipos y el personal requerido.
Impacta por ejemplo:
El radiólogo que interpretaba un promedio de 10 a 20 estudios por día, gracias a estas nuevas aplicaciones electrónicas puede, en el mismo periodo de tiempo, realizar unas 100 interpretaciones de estudios, lo que representa un incremento del 500% en su productividad. Paralelamente su impacto es muy positivo para la administración hospitalaria, para los inversores en salud o para la industria de las telecomunicaciones, la informática y la de los equipos médicos, que representa una interesante oportunidad y de gran impacto económico, ya que abre la posibilidad al desarrollo de nuevos productos y su multiplicación.
A los países desarrollados les permite colaborar con los menos avanzados a través de la tele-medicina y para la población general representa un mejor acceso a los servicios de salud en cantidad y calidad.
Según un estudio de las facultades de ingeniería y de ciencias de la salud de la Universidad Carabobo (Venezuela), las grandes compañías de telecomunicaciones e informática en acuerdo con los gobiernos, instituciones públicas y/o privadas en países desarrollados o en vías de desarrollo, invierten millones de dólares en infraestructura de telecomunicaciones digitales, satélitales, superautopistas de la información y redes de comunicación. Estas tienden a incentivar, fusionar y apoyar la apertura de los nuevos mercados o aplicaciones como la tele-medicina y la tele-educación.
El impacto económico, el potencial de esta aplicación a distancia para la resolución de problemas de salud y las ventajas sobre la medicina convencional, han permitido el crecimiento vertiginoso de la Telemedicina en el mundo y en sus diferentes modalidades. Este estudio también aporta antecedentes sobre las inversiones que hicieron diferentes países en telemedicina; algunos ejemplos son:
Equilibrar el alcance del cuidado de salud en el mundo ya no es tarea imposible. Las instituciones médicas, los gobiernos, las organizaciones de ayuda humanitaria, asociadas o no con empresas, universidades o médicos especialistas, hoy pueden extender su alcance y lograr nuevos mercados o la cobertura de salud a lugares donde esta necesidad no está cubierta, ayudando así a mejorar la calidad de vida de millones de personas en todo el mundo.
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