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5 creencias de la telemedicina: mitos y verdades

Telerad - Telemedicina

A pesar de que la telemedicina ha alcanzado un rol protagónico en el sector de la salud gracias a sus crecientes resultados positivos, aún existen profesionales e instituciones que dudan a la hora de adoptarla.

¿Cuáles son las ideas que continúan circulando y qué dice la comunidad científica al respecto?    

Son infinitas las creencias asociadas en torno a la medicina digital. Desde que no es confiable, no está regulada, resulta ineficaz comparada con la atención presencial, insegura y que su estructura es compleja y costosa. Otras ideas tienen que ver con su alcance y la relación que se establece entre médico-paciente. 

La telemedicina no se reduce a las múltiples tecnologías involucradas; tampoco se trata de una herramienta que ha llegado para reemplazar a los médicos y sus prácticas, sino todo lo contrario: los complementa.

Existen 5 creencias de la telemedicina:

  1. Su aparición reciente o falta de historia
  2. Su efectividad
  3. Su impersonalidad o distancia humana
  4. Los aspectos legales
  5. Sus elevados costos

1. “Es muy reciente y, por ende, no es confiable"

 

Es probable que esta idea tenga su origen en el rápido crecimiento de la Telemedicina hasta la actualidad, la cual viene acompañada de la veloz evolución de las TICs. Sin embargo y de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), las prácticas de los servicios a distancia en la materia se remontan a mediados del siglo XIX. Uno de los primeros trabajos fue publicado a principios del siglo XX, cuando se logró transmitir los datos de un electrocardiógrafo a través de cables telefónicos.

En la década de 1960, comenzó la telemedicina tal y como la conocemos, con hitos que incluyen el uso de la televisión para facilitar las consultas entre un grupo de especialistas del Instituto Psiquiátrico de Nebraska (Estados Unidos). Luego, tras el desarrollo de la tecnología analógica a la digital, junto con la caída en los costos de las TICs, se dio un alcance masivo de la telemedicina en varios países. Por ejemplo, durante el 2019, un 89% de los profesionales sanitarios en China adoptaron este servicio al igual que otras instituciones de Arabia Saudita (75%), India (67%) y Rusia (65%), que también demostraron su efectividad más allá de su evolución vertiginosa.

 

 

La desigual distribución de los médicos en América Latina ha generado un acceso limitado a los servicios de salud consistentes, un problema que puede ser abordado por la Telemedicina.

Fuente: Health Affairs

 

 

2. “Es una herramienta ineficaz”


Existen numerosas investigaciones que demuestran la eficacia que tiene la Telemedicina en la actualidad. Entre estas, se incluye un estudio publicado por la revista especializada Health Affairs que indica que las intervenciones con el uso de la medicina digital en diversas áreas clínicas son, en términos generales, equivalentes a la atención en persona.

Por su parte, la Agencia para la Investigación y la Calidad de la Atención Sanitaria de Estados Unidos determinó que existe evidencia suficiente para respaldar el uso y la efectividad de este servicio a distancia para la clasificación, la psicoterapia, el monitoreo remoto de pacientes con condiciones crónicas, la atención materno-infantil y urgencias.

En tanto, la revista Telemedicine and e-Health reveló que la telemedicina es más efectiva para mejorar los resultados de la Diabetes que la atención convencional, particularmente para la Diabetes tipo 2.

 

 

3. “La atención médica se vuelve impersonal”

 

La medicina digital no busca sustituir la atención cara a cara. Un estudio publicado por la revista BMJ Open evidenció un alto nivel de satisfacción por parte de los pacientes con respecto a la efectividad y eficiencia de este servicio a distancia.

Siguiendo esa misma línea, otra investigación divulgada por The American Journal of Managed Care evaluó las percepciones sobre las visitas por videollamada en comparación con las visitas al consultorio y encontró que la mayoría de los pacientes y los médicos no informaron diferencias en la calidad a nivel general. Otros trabajos ejecutados durante el último año probaron que los pacientes prefieren esta modalidad de videollamada a la visita presencial.

 

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4. “Es insegura y no está regulada por la ley”

 

Cada país posee su propia legislación. Por ejemplo, en la Argentina existe el Plan Nacional de Telesalud y se ha creado la Red de Telesalud, integrada por instituciones comunicadas mediante TICs, síncrona (en tiempo real) y asíncrona (tiempo diferido.)

En esta red participan más de 400 instituciones públicas a nivel nacional que incluyen ministerios de salud provinciales, hospitales de diferentes niveles de complejidad, centros de atención primaria, institutos, facultades y escuelas públicas de medicina. A su vez, se conformó la Estrategia Nacional de Salud Digital 2018-2023, donde se asentaron las bases para el despliegue de sistemas de información que promuevan servicios de salud integrales.

En cuanto a la seguridad y la privacidad, la Ley 25326 de Habeas Data del mismo país, establece que los datos de los pacientes no pueden ser compartidos por ningún hospital, profesional o practicante de la medicina, sin autorización expresa del paciente involucrado. Siguiendo esta línea, las instituciones sanitarias tienen un rol clave a la hora de aplicar, documentar y evaluar las normas que aseguran la protección de la información de sus pacientes.

Asimismo, la Asociación Americana de Telemedicina (ATA, por sus siglas en inglés) señala que la medicina digital ha demostrado, a lo largo de su historia, que posee un entorno seguro para la recolección y transmisión de información de salud personal.

 

 

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5. “Requiere de una infraestructura compleja, demasiado costosa y difícil de llevar adelante”

 

Gracias a los avances tecnológicos, la Telemedicina se ha vuelto una herramienta fácil de implementar en cualquier establecimiento sanitario que posea acceso a Internet, debido a que hoy en día se ofrecen variadas soluciones con un equipamiento portátil, sencillo de utilizar y que no necesita de espacios amplios.

 

 

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Según ATA, una de las características principales que posee este servicio es que no solo mejora el rendimiento de los procesos de atención médica, sino que también reduce sus costos, debido a que no requiere la contratación permanente de personal sanitario, disminuyen los tiempos de viaje y las estadías en los centros de salud suelen ser más cortas.

 

 

La Telemedicina baja los costos del sistema de salud, lo que incrementa la cantidad de pacientes que pueden acceder a consultas, optimiza la productividad del personal y entrega mejores resultados clínicos.

Fuente: Federación Latinoamericana de la Industria Farmacéutica

 

 

A la hora de elegir el servicio de Telemedicina que más se adecue al consultorio o centro sanitario, resulta vital tener en cuenta que la empresa oferente cuente con certificados que avalen los estándares internacionales de gestión de calidad, salud y seguridad, así como de gestión energética y de seguridad de las TICs.

En ese sentido, las herramientas por implementar no solo tienen que cumplir con los requisitos legales y normativas, sino que deben satisfacer de forma regular las necesidades del cliente, teniendo en cuenta los riesgos y las oportunidades asociadas. Antes de implementar la telemedicina es fundamental desmitificar las creencias sin sustento y así dar el primer gran paso hacia un servicio de calidad.

 

 

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