Es innegable el avance de la tecnología en los últimos años, pero si algún ámbito se ha visto impactado de forma positiva, es precisamente el de la radiología.
El primer paso lo dio el físico alemán Wilhem Conrad Roentgen con el descubrimiento de los rayos X en 1895 y, en adelante, varios cambios se han producido. Los más significativos se encuentran en las últimas cinco décadas, que incluyen ecografías, tomografías computadas, resonancias magnéticas y radiografía digital.
Ahora bien: el procesamiento, la resolución, los archivos de imagen y los almacenamientos, así como la transmisión de esas imágenes ¿son los ítems más significativos de la evolución? ¿Produjeron un quiebre en la manera en la que el diagnóstico por imágenes colaboraría con la medicina?
Los años sesenta fueron una etapa de consolidación, un período en el que se desarrollaron los primeros equipos de fluoroscopía telecomandados y se considera una década de consolidación y refinamiento del equipamiento radiológico tradicional. Es también cuando se comienza a sistematizar el modo de cargar, ver e informar múltiples exámenes de manera ordenada, por la aparición de los negatoscopios automáticos.
Esta década resultó ser, además, la del análisis de las primeras estructuras internas utilizando rayos X y también la de la creación, en 1962, del primer ecógrafo modo B a cargo de Joseph Holmes, William Wright y Ralph Meyerdirk. Así mismo, en este período se realizó la investigación sobre la utilización del ultrasonido Doppler para el diagnóstico de enfermedades vasculares que, posteriormente, se unió con el modo B para la observación en tiempo real de las estructuras vasculares.
DIAGNÓSTICO POR IMÁGENES: De lo analógico a lo digital
En la década del setenta, entre los desarrollos observables, el cambio más radical se produjo en el traspaso de la imagen radiológica tradicional a la imagen digital. Los sistemas tradicionales basados en películas y desarrollos fotográficos se dejaron a un lado para privilegiar el empleo del diagnóstico centrado en video asistido por computadora.
En este proceso de pasaje de la radiología tradicional a la digital se conservó la exposición RX y el resultado final como imagen fija, pero lo que se renovó fue el proceso intermedio de adquisición, elaboración y reproducción. Es en esta fase en la que se observa la mayor evolución en el área. Las dos nuevas técnicas que aparecieron son la tomografía computada y la resonancia magnética.
Hasta ese momento, la radiología sólo entregaba imágenes bidimensionales, por lo que la obtención de la primera imagen in vitro de tomografía computada obtenida en 1970 por Godfrey Hounsfield resultó revolucionaria. Fue el primer paso para que, en 1973, Paul Lauterbur, de la Universidad de Illinois, pudiera obtener información especial de cada uno de los puntos dentro de un volumen y generar imágenes de estos de calidad 2D y 3D.
Consolidación y crecimiento DE LA RADIOLOGÍA
En los años ochenta no hubo demasiados cambios en la radiología convencional, pero se inició una revolución con el ingreso de la radiología digital estática. Además, en 1983, la American College of Radiology (ACR) y la National Electrical Manufacturers Association (NEMA) consolidaron un estándar de visualización, impresión, almacenamiento y transmisión de las imágenes médicas conocido como protocolo DICOM, que se publicó en 1985 y que se sigue actualizando continuamente.
En 1990, por su parte, se llevaron a cabo dos tecnologías de radiología digital, como son la radiología computada y la digital directa. Entre las ventajas que estas presentan, se destaca el hecho de que no usan placas radiológicas y así evitan la producción de desechos químicos y que, además, requieren menos radiación para producir un contraste semejante a las radiografías tradicionales.
LA TELEMEDICINA Y TELERADIOLOGÍA En los albores de la tercera revolución industrial
A partir del cambio de milenio, el desarrollo de la imagen de resonancia magnética y de la radiología digital es cada vez más notorio con equipos más rápidos, precisos y con menos radiación. También se expanden las potencialidades del diagnóstico por imágenes gracias a los servicios sin fronteras que ofrece la teleradiología.
Se estima que, de aquí a diez años, la evolución tendrá su mayor sustento basado en las energías renovables y en esa capacidad, ya infinita, que da la comunicación en red.
Así como la tecnología evoluciona a pasos agigantados, la telemedicina y la teleradiología se ven impactadas para brindar, cada día más, un servicio de salud sin fronteras.
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